Juegos de mesa.
No se si recordáis este juego de mesa, yo sí, por que lo disfruté durante un tiempo.
La dirección de todas las piezas tiene que estar bien diseñadas para ganar las batallas....es parecido al ajedrez.
Bien, ahora nó se si sabría jugar, pero me dejó una enseñanza, un aprendizaje.
Me explico;
Cuando inicie las partidas por primera vez, me relajé sabiendo que iban a ganarme antes de mover pieza, pues jugaba con grandes profesionales sobre la estrategia. Para mi sorpresa, ganaba las partidas, los oponentes se me enfrentaban diciendo,( suerte de principiante) Y, así lo aceptaba yo también.
El caso es que cada vez que jugábamos este juego, mi contrincante y yo, siempre salía yo victoriosa, esto me confrontaba, pero además, hacía enfurecer a mi compañero de juego.
Así que empecé a observar que ocurria en el tablero y el por qué siempre ganaba yo.
Descubrí sobre la marcha, que no era casual que yo ganara, ya que no me aferraba al resultado, simplemente disfrutaba de un juego de mesa.
Y....
También la sorpresa de descubrir la forma de mi victoria, era simple y sencilla.
Mi estrategia inocente ante los grandes estrategos era que, simplemente yo hacía lo que ellos no harían, así que mi juego los sacaba de sus formas de organización estructuradas para un contenido de idéas y razones.
En el tablero de la vida ocurre igual. Salirse de las formas confrontan, pero abre un espacio a la entrada de idéas nuevas y limpias de conceptos encasillados a unas formas ya caducas.
Sorprendentemente en la actualidad, este juego es la vida, y me ocurre igual, sencillo y practico, pero confiando.
No he vuelto a jugar al stratego desde hace más de 25 años, aun así. Sigo estando convencida de que hay grandes personas abriendo caminos, de que a mi no me importa la victoria, pero si realmente quisiera alguna, sin duda es ver crecer a nuestros hijos con una mentalidad abierta.